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¿Qué es el Sabbat?
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¿Qué es el Sabbat?
Sabbat
En oposición a la Camarilla se encuentra la secta de vampiros inhumanos conocida como el Sabbat. La mayoría de las facciones vampíricas creen que la llamada “Espada de Caín” está formada por una colección de bárbaros descerebrados y demonios ultraviolentos, o incluso de adoradores del demonio que pretenden traer a Satán a la Tierra. Los vampiros del Sabbat son vivificados y despreciados en la sociedad vampírica.
Sus enemigos tienen razón para temer al Sabbat, pero no por esas razones.
Mientras los “Vástagos” –un término que el Sabbat desprecia- de la Torre de Marfil se ocultan entre los mortales y se aferran a Tradiciones caducas, el Sabbat prefiere disfrutar de la naturaleza vampírica. Se niegan a seguir llevando los harapos destrozados de la humanidad o actuar como esclavos y ganado ante sus antiguos. Además está claro que los vampiros son muy superiores a los mortales ¿Y acaso los humanos se relacionan con las vacas y las consideran sus iguales? Por lo tanto los vampiros del Sabbat consideran que los mortales son herramientas y alimento en el mejor de los casos y sienten poca tolerancia hacia los “Cainitas” que pretenden ser humanos. Los vampiros son inherentemente ajenos a la humanidad y literalmente inhumanos.
Pero la Espada de Caín no es una mera colección de psicópatas manchados de sangre que corren alrededor de centros comerciales con motosierras. Rechazan la humanidad como principio moral de sus vidas y recurren a otras alternativas. Se adhieren a una gran variedad de Sendas de Iluminación, principios filosóficos que obligan a la Bestia a seguir un código rígido y que permiten al Cainita mantener algo parecido a la estabilidad, sino la cordura, en su existencia nocturna. Además, el Sabbat no sólo se rebela contra la moralidad, sino también contra sus propias inclinaciones por la soledad. Los Cainitas se reúnen frecuentemente en manadas que actúan en parte como cultos religiosos, en parte como facciones políticas y en parte unidades de combate.
La Historia
La historia de la secta antes del importante acontecimiento Cainita conocido como la Convención de Thorns es incierta. Algunos Sabbat aseguran recordar noches de terror caótico y depredación divina, vagando por las calles del Viejo Mundo como un culto de la muerte. Otros aseguran que la secta nunca existió como tal antes de la Revuelta Anarquista, y que tomó forma de las manadas nómadas, similares a las modernas. Hay otros que aseguran que el mismo nombre, Sabbat, define su origen: una confederación de brujas y autoproclamados monstruos supuestamente al servicio del Infierno.
A la luz de las diversas teorías sobre el origen, se puede confiar en un hecho probado: la secta alcanzó importancia después de la Revuelta Anarquista. Cuando los jóvenes vampiros de los clanes Lasombra y Tzimisce se alzaron contra los Antediluvianos, el reinado indisputable de los antiguos llegó a su fin y la sociedad vampírica cambió para siempre.
Los Lasombra alcanzan la libertad En algún momento entre los siglos XIII y XIV, el clan Lasombra se unió y acabó con su progenitor. Los turbulentos anarquistas del clan decidieron que el gobierno estancado de los antiguos les oprimía. Como Guardianes, verdaderos amos de la noche, los jóvenes Lasombra se rebelaron contra los lazos feudales de sire y chiquillo que les relegaban al papel de eternos servidores. El propio líder de la banda anarquista, Gratiano, asestó el primer golpe en lo que sería el periodo más tumultuoso de la historia vampírica nunca recordado, con la posible excepción de estas Noches Finales.
Animados por el éxito de los Lasombra, los Tzimisce tomaron ejemplo y planearon un golpe similar. Los Demonios eran (y siguen siendo) una familia de vampiros especialmente fraccionada. Caracterizado por una incomprensible dignidad y una perversidad retorcida, el clan entró literalmente en guerra civil. Al final, la pasión de los jóvenes anarquistas venció al legado estancado y descompuesto de los antiguos. Demonios que habían gobernado durante siglos sus posesiones fueron echados a la calle o cazados hasta su exterminio, muertos por el fuego al rojo de los anarquistas Tzimisce.
En la historia del Sabbat está escrito que muy pocos antiguos del clan fueron diabolizados. Los historiadores y eruditos Cainitas consideran esta idea ominosa. Por último, una noche a finales del siglo XIV (según fuentes dudosas), los Demonios lograron descubrir la situación del fundador de su clan. Convergiendo en el lugar, una iglesia quemada en una tierra olvidada, los anarquistas Tzimisce desenterraron al Anciano y cometieron diablerie sobre... ello. Tras una larga y brutal batalla contra las hordas retorcidas del Demonio más Viejo, los usurpadores vencieron.
Revuelta Anarquista
Tras el éxito de los anarquistas Tzimisce y Lasombra, el parricidio se extendió como la pólvora por toda Europa. Al contrario que en ocasiones anteriores, los chiquillos desilusionados con el tratamiento recibido por sus antiguos abrazaron la revolución abierta. Los antiguos caían en grandes cantidades, a menudo llevándose por delante a numerosos chiquillos traicioneros. Ayudados por los poderosos vampiros del mercenario clan Assamita, los anarquistas no dejaron piedra sin mover en la guerra contra los odiados antiguos.
Aunque ningún otro clan logró el mismo éxito con los Antediluvianos que los Tzimisce y los Lasombra, no fue por falta de intentos. Incluso uno de los más poderosos antiguos de aquellas noches oscuras, Hardestadt del clan Ventrue, fue víctima de un audaz ataque. A pesar de sobrevivir, era evidente que había que hacer algo acerca del caos desenfrenado provocado por los rebeldes. Poco después de que la Revuelta entrara en su fase más activa, los vampiros comprendieron que habían ido demasiado lejos. Los mortales, observando el caos y el terror a su alrededor, descubrieron a los monstruos en su seno. Tras una llamada desesperada a Roma, convencieron al Papa para que empleara a la Inquisición para poner fin a los diablos y a los herejes.
Esta misión devastó a la comunidad Cainita más que su guerra interna, y ahora los vampiros no solo tenían que cuidarse de sí mismos, sino también de los fuegos de la Iglesia. Por supuesto, los excesos de los antiguos no desaparecieron, ya que estos vampiros viejos y cobardes dejaban a sus chiquillos a la Inquisición para poder escapar con más facilidad.
Al final se llegó a un punto muerto. Ciertos antiguos poderosos, hicieron una llamada a todos los “Vástagos”, asegurando que habían encontrado el fin de la necesidad de la guerra. Aquel acuerdo escrito, conocido como la Convención de Thorns, prometía restaurar el orden y la santidad de la raza de los Cainitas.
Por supuesto, en manos de los antiguos que la crearon, la propuesta no ofrecía más que el regreso a la situación anterior. Sin embargo, los anarquistas y los Assamitas no tenían más elección, ya que estaban atrapados entre la Inquisición y los antiguos. Como cuerpo informal aceptaron la convención, esperando al menos poder asegurarse un regreso al rebaño con una simple disculpa. Admitiendo el fracaso, los anarquistas y los Assamitas sucumbieron a la voluntad de los antiguos reunidos, poniendo fin al Movimiento Anarquista. Sin embargo, no todos los rebeldes se rindieron tan fácilmente. La victoria “decisiva” alcanzada por los advenedizos de la Camarilla, los anarquistas arrepentidos y la vasta mayoría del clan Assamita no hacía mucho por remediar los problemas que habían dado pie a la guerra. Enfurecidos, los rebeldes y Assamitas renegados asaltaron Thorns, dejando de la ciudad poco más que un cascarón ardiente y ensangrentado. Aún tenía que organizarse, pero la secta que se convertiría en el Sabbat decidió aquella noche su curso inmortal de acción.
En el medio siglo siguiente, manadas (“sabbats”) de antitribu inundaron la noche, sacando a los aldeanos de sus casas para destruir con mayor precisión los cimientos del poder que la Camarilla se estaba construyendo. Estos rebeldes se organizaron a lo largo de los siguientes cincuenta años en una secta unida por una ideología, adoptando una tosca doctrina contra los antiguos y los Antediluvianos que tiraban de los hilos. La libertad frente a la Yihad de los Ancianos se convirtió en la raíz de su credo. Aunque los Lasombra y los Tzimisce habían logrado destruir a sus Antediluvianos, eso solo servía par que los Ancianos restantes llenaran su vacío. Hacia mediados del siglo XVI, la entidad conocida como el Sabbat se había unido en justa oposición a la Camarilla y a la servidumbre ciega a una maldad mayor.
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